“…el amor es rápido y fugitivo.
Es una flor que nace y muere
y del cual no siempre se puede disfrutar.”
Violetta en el Brindis.
Tenía muchas expectativas por escuchar a la soprano francesa Natalie Dessay interpretando a Violetta Valery, personaje principal de La Traviata, uno de mis personajes femeninos favoritos de entre todas las óperas, pero su desempeño vocal no fue lo que esperaba, aún así siempre es un deleite escuchar La Traviata. Esta obra fue transmitida en vivo y en directo en el UVK Larcomar, desde el Metropolitan Opera House de Nueva York, cerrando las transmisiones de la temporada 2011-2012, el pasado 14 de abril.
Verdi compuso La Traviata inspirado en la novela de Dumas, La Dama de las Camelias; la historia, romántica y trágica, narra la desventura de Violetta, una alegre cortesana de vida desenfadada, aquejada de un mal incurable; ella, luchando contra su ímpetu, se enamora y pronto debe renuncia al amor, que era lo único que la mantenía con vida, para salvar de la ruina y la vergüenza a su amado Alfredo Germont (Matthew Polenzani, tenor)
La Traviata es la ópera de Verdi que más veces ha sido interpretada y también una de las más populares, tiene preciosas arias, entrañables coros y la música es excepcional; empezando con el preludio de una orquestación melancólica que introduce al oyente en un ambiente de ambivalencia entre la fastuosidad y la libertad del placer de vivir y disfrutar sin ataduras y, el compromiso del amor como una fuerza incontenible que escapa a la voluntad de los enamorados.
Violetta logra alejar a Alfredo de su vida pero no de su corazón y ese dolor termina por matarla, pero antes de morir, disfruta con brevedad del amor y, agonizante, siente que podría ser feliz, pero esa paz no es más que la cercanía del fin de una vida entera de placer y del breve suspiro del amor.