Juan Diego cantó hace unas semanas en Lima y su voz aun resuena en los oídos de quienes asistimos a su concierto, con un tono potente y dulce a la vez; este tenor lírico ligero ha logrado impactar en los escenarios operísticos más famosos del mundo causando la admiración de quienes se deleitan con su arte y carisma.
La noche del martes 10 de abril, hubo una gran expectativa por los temas que interpretaría, el público presente tenia sus preferidos, entre ellos yo que me sentí más que complacida al escucharlo entonar Granada, La flor de la canela y la Donna e Mobile, siendo esta última aria de la ópera Rigoletto, una sorpresa que no esperaba, pero que sí deseaba escuchar. La selección de temas criollos, folklóricos y latinoamericanos fue precisa.
Otro talentoso peruano que triunfa en el mundo acompañó a Juan Diego, Marco Zunino, quien estuvo a la altura del tenor; su participación sorprendió, su soltura y calidad vocal impactó, definitivamente un invitado de lujo.
Juan Diego es grande no sólo por el don de su privilegiada voz, su calidad humana al llevar adelante la orquesta “Sinfonía por el Perú” es loable, el acompañamiento musical y las piezas que los jóvenes integrantes de este conjunto nos ofrecieron, bajo la batuta del maestro Espartaco Lavalle, sonaron imponentes, lo que nos demuestra que, el talento, el entusiasmo y las ganas de superación, son la riqueza mayor de estos jóvenes de escasos recursos materiales.
Escuchar este concierto fue una delicia musical como pocas, despedimos a Juan Diego con interminables aplausos cuando repitió para nosotros Ojos Azules y Valicha, los temas más aplaudidos de la noche, que fueron interpretados con pasión y elegancia por un peruano notable y muy orgulloso de serlo, orgullo que supo instalar en los corazones de quienes lo escuchamos en esta grandiosa velada.
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