Detrás de esta historia y sin distraer del mérito de lograr un suceso cinematográfico con las técnicas usadas a principios del siglo pasado, se esconde una dulce historia de amor entre Valentino y su joven admiradora Peppy Miller (Berenice Bejo), una estrella en ascenso que se enamora platónicamente de él y conserva su amor para salvarlo de la adversidad.
El filme es un tributo al cine clásico, actuaciones muy expresivas en los gestos, un permanente y efectivo acompañamiento musical que atrapa al espectador sin darle opción a extrañar las voces de los actores y los efectos sonoros, que no hacen falta para llevar el hilo de la historia.
Ver esta película es una delicia para disfrutar del cine en sus inicios; sencilla y con memorables actuaciones, El Artista sorprende por su valiente sobriedad que cautiva; una muestra real del buen cine, alejado de pomposos efectos y complicados argumentos.