"Ten cuidado con tus pensamientos porque algún día te convertirás en aquello que piensas". Margaret Thatcher escuchó esa frase de su padre siendo apenas una adolescente y decidió seguir su destino, convertirse en aquello que siempre tuvo en mente. En una época en que las mujeres optaban por las labores cotidianas, la joven Maggi estudió en la universidad de Oxford y empezó su carrera política integrando el partido demócrata. Formó una familia a la que pudo sacar adelante, a pesar de su agitada carrera, gracias al valioso apoyo de su esposo y, como Primera Ministra de Inglaterra, instauró cambios revolucionarios en la política y la economía de su país, ganando simpatías y rechazos.
La historia de la dama de hierro, llega al cine para presentarnos a la mujer detrás de la mandataria. La película empieza con una octogenaria Thatcher, magníficamente interpretada por Meryl Streep, solitaria, aquejada de demencia senil, confundida y acompañada por sus recuerdos.
Los episodios más importantes de la carrera política y la vida de Margaret Thatcher, son relatados en este filme con un ritmo que atrapa al espectador de principio a fin. La actuación de Meryl Streep en el papel de Thatcher es extraordinaria, aunque por momentos se desliza un cierto disfuerzo, no sucede esto en las escenas de la actual Margaret, aquejada por los males de la senectud, en donde vemos a una Streep irreconocible, completamente metida en la piel de la Dama de Hierro, logrando una magnífica caracterización.
Esta es una película que no debe pasar por alto, por los datos históricos que presenta y para no olvidar la figura de una verdadera mujer de hierro, un ser humano con aciertos y errores, una persona que vivió de acuerdo a sus convicciones y que aún hoy a sus 87 años sigue luchando batallas para conservar su lugar en este mundo.
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